lunes, 8 de diciembre de 2014

Una nueva propuesta en Talleres Temáticos para el 2015.




















Quizás por eso acopiamos fotografías en algún cajón de ébano o en la computadora, y en una incierta tarde fría nos disponemos a convertirnos en efímeros narradores de esos olvidos sorpresivos. De vez en cuando necesitamos entibiar ambiente y alma; de vez en cuando necesitamos visitar nuestros orígenes.


Tal vez nunca hemos pensado en dejar de ser ocasionales narradores y convertirnos en narradores permanentes de nuestra historia personal. 

“Narro; luego existo”, no es sólo una frase impactante extraída de las arcas de la Psicología. Es un fenómeno que se vuelve tangible en nuestra conciencia, a medida que las palabras hilan la historia del hablante. 

Recién entonces podremos darnos cuenta de cuántos obstáculos hemos sorteado, de cuánta energía desconocida imprimimos en los actos cotidianos  -ésos a los que, por simples y obvios, despojamos de su rol esencial como soportes de resiliencia-. 







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